El impacto del Covid-19 redujo inicialmente la velocidad del desarrollo del sector de infraestructura en Colombia pero tras la apertura autorizada del sector, cumpliendo las normas de bioeguridad, la Agencia Nacional de Infraestructura aseguró de los 45 contratos de obra activos que se tenía en el mes de febrero, al mes de junio se habían reiniciado 41, lo que corresponde a un 91,1%, con 35.460 puestos de trabajo.
La infraestructura juega un rol muy importante en la recuperación de los ciclos económicos (aquí enlazamos artículo 2) y se espera que sea uno de los sectores que, por parte del gobierno, se use para la reactivación económica nacional.
Sin embargo, aquí el factor tiempo es muy importante, pues mientras más pronto se reactive sector más rápida será el repunte en la generación de empleo y en la economía colombiana.
Colombia tiene a favor la voz optimista del sector privado y las señales positivas que inversionistas globales envían a Colombia. El país tiene un programa de inversiones robusto, y destaca por sus estructuras ordenadas y equilibradas. Además, es absolutamente viable que el Plan de Desarrollo Nacional se reactive de manera paulatina con proyectos que se convertirán en catalizadores de la inversión pública.
En el sector transporte Colombia tiene varios proyectos de transporte masivo en puertas, por ejemplo el Metro de Bogotá, el Regiotram y el Metro de Medellín. Sin embargo, debido a la dinámica del virus y sus fases de contagio habrá que trabajar con una debilidad del transporte masivo que antes no existía, y es la confianza de los usuarios, ya que muchos podrían tener miedo ser contagiados al usar transporte público en futuros rebrotes del virus.
Nuevas condiciones, nuevas dinámicas
En el escenario post pandemia será necesario incluir a partir de ahora nuevas variables de riesgo en los proyectos de infraestructura.
Por ejemplo, una de las más importantes ha sido la suspensión de términos por parte de la Agencia Nacional de Infraestructura, ente que expidió la Resolución 471 del 22 de marzo de 2020, en las que suspende ciertas obligaciones consagradas en los contratos de concesión de todos los modos, esto es: carretero, portuario, aeroportuario y férreo.
Escenarios como el anterior plantean nuevas dinámicas dentro de los procesos de contratación y de entrega, y sin duda incrementan los riesgos frente a nuevas inversiones.
Sin embargo, Colombia no es el único país ni la única economía afectada por el impacto del Covid-19 y en cambio sí tiene asegurada una resiliencia y una confianza como pocos en la región latinoamericana.